Esta SAS+5 incentiva a que en todo proyecto climático a implementarse en el país se aborden los riesgos relacionados con:

(i) Prevenir la contaminación y promover el uso sostenible de los recursos naturales: por medio de la implementación de buenas prácticas internacionales para el uso eficiente de los recursos, incluidos los principios de producción más limpia, innovación, ecodiseño, infraestructura sostenible y otros según sean técnica y financieramente viable y razonable, y de acuerdo con la envergadura y potenciales impactos del proyecto.

(ii) Evaluar y mitigar el riesgo de reversión y desplazamiento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): especialmente en los proyectos de mitigación del sector de agricultura, bosques y usos del suelo (AFOLU) es posible que los esfuerzos de mitigación de GEI en un área resulten en el aumento de emisiones en otro (riesgo de desplazamiento o fuga), o bien que las emisiones mitigadas no se mantengan en el tiempo, por ej. por incendios forestales, cambios de uso del suelo una vez terminado el proyecto, etc. (riesgo de reversión). Para ello, se alienta a los desarrolladores a que evalúen y adopten las medidas necesarias para lograr la integridad ambiental de sus proyectos al largo plazo, de acuerdo a su política de salvaguardas y buenas prácticas internacionales, especialmente aquellas desarrolladas en el seno de la CMNUCC

Por un lado, los proyectos climáticos que busquen mitigar GEI o mejorar las capacidades de adaptación en todo caso deberías ser implementados de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para ello, es fundamental que se evalúen los impactos de un proyecto de forma integral, considerando los residuos que puede generar, los recursos naturales que pueda

requerir (ej. agua o energéticos), etc., para en todo caso tratar de hacer un uso eficiente de los mismo. Por otro lado, en caso de proyectos AFOLU, si no se prevén medidas contra el desplazamiento o la reversión de las mismas, se corre el riesgo de que los proyectos no generan una verdadera reducción de emisiones de GEI, o bien las mismas sean solo temporarias.

Si un proyecto promueve el uso de una nueva tecnología o equipamiento, se debe prever que se hará con los residuos que la misma pueda generar, prever su tratamiento y deposición final para evitar un nuevo pasivo ambiental. De igual manera, si se crean nuevos puestos de trabajo, debería considerarse el impacto que pueda generar el desplazamiento de los trabajadores, los nuevos emplazamientos de viviendas y otros efectos directos o indirectos.

En caso de proyectos AFOLU, por ej. de preservación de bosques, debe evaluarse el monitoreo y subsistencia del mismo en el largo plazo, ya que finalizado el proyecto podría existir tala ilegal, invasión de tierras, incendios forestales y otros, por lo que las emisiones de GEI reducidas serían solo temporarias sin aportar realmente a mitigar el cambio climático.